De dónde sale esto.

En mayo de 2009, fui a Los Ángeles en un viaje de trabajo. Se trataba de asistir a un evento anual al que sólo suelen ir los grandes jefes de ciertas empresas, pero ese año, un "gran jefe" no pudo ir y fui yo, una doña nadie. El blog nació sólo como una forma diferente y barata de comunicarme con mi familia y amigos mientras estaba allí, a 9 horas de distancia temporal. Pero luego, le cogí el gustillo y, aunque ya no estoy allí, sino en Madrid, considero que nuestras vidas son unas grandes súper producciones y que yo, al fin y al cabo, sigo siendo una doña nadie en Hollywood.

lunes, 17 de mayo de 2010

Un vistazo al pasado.

La mañana del domingo resultó de lo más educativa. Con este calorcito incipiente, puede que lo que más apeteciera fuese tumbarse en la hierba y dejar que los rayos del sol se reencontraran con la piel, o tapear al fresco de una buena caña... En cambio, yo estuve a la sombra del Museo de la Ciencia de Cosmocaixa.

Había (bueno, aún hay) una exposición de esqueletos de dinosaurio hallados en el desierto del Gobi. Se trata de una exhibición de gran importancia, debido sobre todo a que, normalmente, los esqueletos de dinosaurio que se suelen ver en los museos, están reconstruidos a partir de huesos reales de una misma especie, pero de individuos distintos y, en cambio, en este caso, todos los huesos de cada esqueleto pertenecían al mismo "bichejo". Los había de todas las edades: adultos, jóvenes y bebés y todos murieron hace unos 85 ó 90 millones de años.

Observando un ejemplar que estaba dentro de una urna, mi marido hizo una reflexión: "¿quién le iba a decir a este tarbosaurio que, millones de años después, le estarían observando en un museo?" Yo pensé que no se lo iba a decir nadie, porque creo que en el Cretácico, nadie se decía nada... pero, es cierto. ¿Quién se lo iba a decir?

Puede que dentro de millones de años, alguien me encuentre y decidan exponerme o estudiarme... y tal vez me pongan un nombre genérico junto a una fecha aproximada, algo así como "esqueleto femenino de homo sapiens sapiens, años 1700 a 4150". Aunque si el formato del DNI sigue avanzando y cambiando con tanta rapidez como últimamente, lo mismo se mantiene intacto y pueden poner mi nombre. Y ¿quién me lo iba a decir a mí?

Un rato después, cuando ya habíamos aprendido un montón de cosas que ni siquiera sabíamos que se podían aprender, visitamos la tienda del museo. Y me entró una envidia tan grande de todos los enanos que había por allí, gritando "papi, papi, cómprame esto"... Yo también lo habría gritado. Porque me habría comprado sin ningún pudor un juguete monísimo que representa el Sistema Solar y el movimiento de los planetas. Me tiene loca ese aparatejo. Aunque es cierto que no presenta un aspecto ni serio, ni adulto... Bueno, ¿qué más da? Yo tampoco.


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